Estabilización del suelo, es el método que se sigue con los suelos naturales o rellenos, para obtener estructuras estables.

Con este procedimiento se pretende un aumento de la densidad de los suelos, así como su resistencia al corte, cohesión, impermeabilidad y estabilidad de volumen, parámetros necesarios para lograr a su vez la estabilidad de la futura construcción.

Se logra mediante una compactación controlada, y en algunos casos se hace necesario emplear drenajes o mezclas de suelo para lograr una mejor granulometría. En otros casos se emplean inyecciones o enlechados de cemento, cal, sal gema, betunes, resinas sintéticas u otros productos químicos. Estos sistemas, aislados o combinados a veces, deben lograr la estabilización necesaria teniendo en cuenta:

Condiciones del lugar
Tipo de material a estabilizar
Máquinas u equipos con que se cuenta para el trabajo